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¿A qué huele la Generación Z? La identidad olfativa de una nueva era

¿A qué huele la Generación Z?

El mundo de las fragancias está experimentando una de sus mayores transformaciones en décadas. El lujo ya no tiene que significar un frasco comercial y costoso exhibido en un tocador. Hoy importan la emoción, la narrativa y la autenticidad. La Generación Z —personas nacidas aproximadamente entre 1995 y 2012— ha cambiado la forma en que compramos, usamos y entendemos los perfumes. No quieren “perfume para mujeres” o “para hombres”; buscan una fragancia para sí mismos, una que no los encasille.


Una nueva generación: nuevos valores

La Generación Z creció en un mundo totalmente digitalizado, donde las redes sociales moldean los gustos (y por lo tanto las compras), a la vez que los acostumbran a estímulos rápidos como los vídeos cortos y el feedback instantáneo. Los zoomers, como también se les conoce, se mueven con soltura por plataformas como YouTube y TikTok, donde descubren cosméticos virales, fragancias y tendencias de uso. Y aunque los estudios de consumidores realizados en 2023 por McKinsey y The Business of Fashion muestran que el 45% de los encuestados prueba nuevas marcas de belleza cada dos o tres meses, el 60% declara al mismo tiempo fidelidad a sus firmas favoritas.

Esta generación, profundamente sensible, valora la honestidad, la individualidad y la libertad de elección. Para ellos, el perfume no es un accesorio: es, ante todo, una forma de expresar identidad. La Generación Z no es indiferente a la crisis climática y presta atención al origen de los ingredientes, a las prácticas éticas, a las fórmulas veganas y más. El lujo, desde su perspectiva, tiene el rostro de la responsabilidad, no del exceso. Una marca en la que confían debe ser auténtica, hablar con una voz humana y no fingir perfección.


¿Cómo huele la Gen Z?

En los perfumes preferidos por esta generación reina la diversidad. Por un lado, los zoomers siguen adorando las notas gourmand —vainilla, haba tonka, caramelo— pero en interpretaciones modernas, equilibradas con sal, almizcle o sándalo. Por otro lado, recurren cada vez más a fragancias limpias y sutiles, los llamados “skin scents”, que huelen natural, como sábanas recién lavadas o la piel tibia después de un baño.

Las fragancias sin género también están ganando popularidad: hasta un 40% de los consumidores de la Generación Z prefiere composiciones unisex (según los estudios de McKinsey). Intensos y a la vez delicados, perfectamente equilibrados y combinando notas florales y amaderadas, los perfumes unisex son su primera elección. Para la Generación Z, el olor no tiene género. Es una herramienta de expresión: se puede llevar un perfume masculino con un suéter suave o uno femenino con una chaqueta oversize sin sentir que algo “no corresponde”.

En TikTok e Instagram también florecen los microtendencias:

“Clean girl scent”

Fragancias delicadas, frescas, muy cercanas a la piel y que transmiten una sensación de limpieza: como si acabaras de salir de la ducha o de acostarte sobre sábanas recién cambiadas. Pueden incluir notas jabonosas, almizcladas, ligeramente florales o de tejidos frescos. Esta tendencia refleja la búsqueda de la Generación Z de naturalidad y simplicidad: un aroma pensado para ser íntimo y reconfortante.

“Boyfriend perfume”

Esta tendencia surgió por primera vez a principios de la década de 2010. En 2012, Vogue Australia la describió como “la mayor tendencia del año”, y su crecimiento inicial fue impulsado por el lanzamiento de la fragancia Boyfriend de Kate Walsh en 2010, acompañada de relatos sobre “un perfume prestado del novio”. Hoy vive un renacimiento: vuelve como símbolo de autenticidad emocional e intimidad en un mundo donde el perfume debe expresar identidad, no género.

Layering

El arte de combinar fragancias por capas. Para la Generación Z, el layering es también una forma de autoexpresión. En una época en la que las fronteras entre géneros, estilos y estéticas se vuelven fluidas, el perfume deja de ser un accesorio de imagen y se convierte en un lenguaje emocional. En TikTok e Instagram, vídeos virales bajo el hashtag #PerfumeTok muestran a los usuarios mezclando sus fragancias favoritas para crear su propio “signature scent”. Es un ritual privado, pero también parte de la creatividad cotidiana.


Una revolución que huele a individualidad

Para la Generación Z, el lujo no significa un precio elevado. Hoy, el lujo es una elección consciente y calidad. Por eso los zoomers recurren cada vez más a fragancias nicho o artesanales, a menudo en frascos más pequeños pero con un carácter definido. La experiencia es lo que importa: la textura del envase, el gesto de abrirlo, el primer spray… y, sobre todo, las emociones que despierta el aroma.

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